miércoles, 30 de julio de 2008

yoga y sexo, de como los últimos serán los primeros

Los textos tántricos, tanto hindúes como budistas, declaran desde un principio que cada yuga, o vasto ciclo de tiempo, afecta con su particulares influencias no solamente a los seres humanos, sino a todas las cosas orgánicas o inorgánicas, que es hallan en el universo.
Durante el satya yuga, o sea la edad de oro antes de que los poderes espirituales del hombre comenzaran a declinar, estas influencias eran de un orden sumamente elevado. Los hombres, que eran verdaderos gigantes, tanto en el sentido físico como en el espiritual, gozaban de una vida muy prolongada. El Shastra los presenta como veraces, honestos, amables, puros de corazón; totalmente desprovistos de vanidad, codicia, ira y lujuria.
Al igual que el paraíso cristiano, donde "ni se casaban ni se daban en matrimonio", en la primera época la unión sexual era desconocida. Según nos dicen, los niños nacían por un amante y fervoroso deseo.
En la época siguiente que fue apenas inferior, tetra yuga, la procreación se realizaba por contacto. La práctica del yoga "elevado", en la forma en que la prescribían los textos védicos, era todavía conocida, aun cuando se había tornado más difícil La raza humana era menor en estatura, tanto física como espiritualmente. Además de eso, disminuyó la duración de la vida.
En la tercera era en escala descendente, llamada dvapara yuga, los hombres y las mujeres comenzaron a ayuntarse en la forma en que lo hacen en nuestra época. Al mismo tiempo, su estatura disminuyó a la mitad de lo que había sido en la satya yuga. Vivían una décima parte de lo que habían vivido hasta entonces. Sus poderes espirituales declinaron igualmente en forma aguda, al extremo de que no pudieron ya más continuar su dharma, o sea que "los hombres ya no pudieron cumplir más sus deseos por medio de las prácticas védicas."
Se les dio una nueva escritura adaptada a sus necesidades: estos textos fueron denominado Puranas.
Con el cumplimiento y la desaparición del tercer ciclo, surgió nuestra propia era, que es la cuarta y las más baja de todas.

Omar V. Garrison

1 comentario:

Javier dijo...

Y ahora viendo el panorama debemos entrar en nuevo ciclo en el cual más vale ni pensar. Menuda escalera descendente !!!