
Se dice en los textos hindúes que el intercambio sexual tiene ocho aspectos. Se enumeran como sigue:
1)
smarnanam, o sea dedicarse a pensar en él;
2)
kirtanam, o discutirlo con otras personas;
3)
keli, estar acompañado de persona del sexo opuesto
(o del mismo);
4)
prekshenam, o hacer la corte;
5) guhyabhashanam, conversación de carácter íntimo con personas del sexo opuesto
(o del mismo);
6) samkalpa, desear el coito:
7) adhyavasayam, firme determinación de ejecutar el acto,
y 8) kriyanisshapatti, copulación física.
Es así como los que creen ser sexualmente castos son, en realidad, sólo
sexualmente sutiles. Su conducta difiere de la del libertino no en especie, sino solamente en grado.
Eventualmente, y mal que les pese a los freudianos, habrá de reconocerse un día que la libido, expresada como deseo sexual no es lujuria
per se, sino ansiedad de consumación.
Es destino final del alma alcanzar esa consumación mediante la unión de los polos opuestos dentro del propio cuerpo. Renacida así como
la divina andrógina --hija de Shiva y Shakti-- el alma habitará entonces solamente los
lokas (planos de existencia) más elevados.
Se infiere también esa teología de aquella escritura cristiana en la que dice Jesús:
"Porque en la resurrección, ni los hombres tomarán mujeres ni las mujeres marido; mas son como los ángles de Dios en el Cielo".