sábado, 10 de enero de 2009

personalidad

El amor desea personalidad; por consiguiente el amor desea la división. El instinto del Cristianismo es alegrarse de que Dios haya quebrado el universo en pequeños trozos, porque son trozos vivientes. Su instinto es decir "que los niños se amen", más que decir a una persona grande que se ame así misma. Este es el abismo existente entre el Budismo y el Cristianismo: para el budista o el teósofo, la personalidad es la caída del hombre y para el Cristiano es el designio de Dios, todo el centro de su idea cósmica.
G. K. Chesterton, Ortodoxia

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